La evidencia científica es clara: la alimentación influye directamente en el dolor, la inflamación, la recuperación de tejidos y el rendimiento físico.
1. Dolor e inflamación
Ciertos patrones nutricionales ayudan a modular procesos inflamatorios que afectan a:
Reducir inflamación sistémica mejora la evolución del tratamiento fisioterapéutico.
2. Recuperación y rehabilitación
Para reparar tejidos, el cuerpo necesita energía y nutrientes:
Proteínas suficientes para regenerar fibras musculares.
Micronutrientes clave (magnesio, zinc, omega-3…).
Hidratación adecuada para evitar espasmos y sobrecargas.
Una buena alimentación acelera la rehabilitación y mejora los resultados de las sesiones.
3. Rendimiento deportivo
La nutrición es determinante en:
Fuerza y resistencia.
Recuperación post-entreno.
Prevención de lesiones.
Energía durante el ejercicio.
Mejora de la técnica y la capacidad de trabajo.
Nuestros planes nutricionales deportivos se adaptan al tipo de deporte y a tus rutinas reales.
4. Salud digestiva y bienestar general
Trastornos digestivos, SIBO, colon irritable, intolerancias o fatiga pueden interferir en el día a día y en tu capacidad de entrenar o rehabilitarte. Un abordaje nutricional adecuado puede mejorar significativamente estos síntomas.